En su última presentación de TED, Thomas Heatherwick critica una condición que afecta a las áreas de la ciudad definidas por edificios monótonos, o lo que él llama "una epidemia de aburrimiento". Reconociendo la funcionalidad que impulsó estos diseños, afirma que la funcionalidad por sí sola no puede garantizar que las estructuras se conviertan en partes activas de la vida urbana, ya que a menudo no logran provocar una respuesta emocional de los transeúntes. Heatherwick explica que, en su opinión, esta función emocional, o la capacidad de los edificios para significar algo para sus usuarios y visitantes, es esencial. Cuando tiene éxito, la arquitectura puede contribuir positivamente a la calidad de vida y el bienestar de sus residentes, promover la cohesión social y contribuir a un sentido de identidad. Entonces, ¿cómo puede la arquitectura provocar una conexión emocional positiva y proporcionar un telón de fondo agradable a las comunidades a las que sirve?
La característica de un edificio o desarrollo urbano puede ser difícil de definir, pero cuando no logra involucrar a las personas, los efectos negativos pueden sentirse en múltiples niveles. Varios estudios han afirmado que estos edificios pueden ser perjudiciales de maneras físicas y psicológicas, aumentando los niveles de estrés, los problemas de salud mental, la delincuencia y los comportamientos antisociales, e incluso los tiempos de curación. Desde un punto de vista social, cuando un edificio no se conecta con sus usuarios, la decisión de demolerlo y reemplazarlo se vuelve más fácil, lo que lleva a un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para provocar una respuesta emocional y alentar a las personas a relacionarse positivamente con su entorno construido, se pueden utilizar varias estrategias para arraigar el diseño en su contexto. Reutilizar lo que ya está en el sitio no solo es una opción sostenible que minimiza el impacto ambiental, sino que también preserva la memoria e historia de un lugar. La utilización de materiales y técnicas locales de construcción conecta aún más la arquitectura con su contexto, fortaleciendo la identidad cultural y permitiendo que los diseñadores aprovechen el conocimiento local y las adaptaciones a las condiciones específicas del sitio. Finalmente, las texturas y los materiales agregan riqueza visual al entorno construido, involucrando múltiples sentidos en la percepción del espacio.
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La arquitectura nunca está sin contexto, lo que puede incluir las normas socioculturales que dictan el uso y las costumbres, el paisaje natural y las condiciones específicas, o el carácter del área en la que se encuentra. Adaptar el diseño a estas condiciones y reconocer la historia y los recuerdos asociados con el lugar tiene el potencial de crear una composición arquitectónica convincente. Al preservar los elementos ya presentes en el sitio e integrarlos en el nuevo diseño, la arquitectura se vuelve estratificada, fomentando un sentido de continuidad e identidad cultural. La reutilización adaptativa de edificios existentes también es la opción más sostenible, ya que reduce los residuos de construcción, el uso de nuevos materiales y el gasto de energía adicional.
Cuando uno de los silos en desuso de un siglo de antigüedad en Ciudad del Cabo estaba en peligro de ser demolido, el estudio de Heatherwick propuso transformar la estructura existente en la primera gran institución de África dedicada a artistas africanos contemporáneos, el Museo de Arte Contemporáneo de África Zeitz (Zeitz MOCAA). Como los silos fueron creados originalmente para almacenar maíz de todo Sudáfrica, los arquitectos tomaron la forma de un grano de maíz y lo cortaron en los tubos de concreto de los silos. El resultado es un espacio central memorable rodeado de más de 80 galerías. Al cortar a través de los silos, el gesto expone la funcionalidad interna del edificio. El nuevo corazón del centro de arte reacciona y responde a la curiosidad de los visitantes y la utiliza para alentarlos a explorar aún más los espacios circundantes.
Adaptando los materiales y las técnicas locales
Las técnicas locales de construcción a menudo están arraigadas en generaciones de conocimiento y experiencia. Estas técnicas representan adaptaciones locales al clima, utilizando estrategias pasivas para el aislamiento térmico, la ventilación natural y el sombreado. Al incorporar estas técnicas, los edificios pueden integrarse mejor en su entorno tanto estética como culturalmente. Además de su importancia histórica, los materiales locales también se asocian con una huella de carbono más baja, ya que se reducen las necesidades de transporte y se fortalece la economía local creando una demanda de instalaciones de fabricación local. La familiaridad, la continuidad cultural y la autenticidad se evocan mediante el uso de soluciones específicas del sitio, mientras que las nuevas formas de emplearlas permiten innovaciones y diseños atractivos.
El ganador del Premio de Arquitectura Pritzker 2022, Diebedo Francis Kéré, es reconocido no como un "starchitect" sino como un "solucionador de problemas", trabajando en la intersección de las técnicas de construcción tradicionales africanas y la arquitectura contemporánea. Sus obras están arraigadas en el patrimonio cultural, fomentando la participación comunitaria y un fuerte sentido de responsabilidad social. A través de proyectos como el Centro de Salud o la Escuela Primaria de Gando en Burkina Faso, demuestra el uso eficiente de materiales y técnicas de construcción locales perfectamente integradas en el entorno natural y adaptadas a las necesidades específicas de la comunidad.
Teniendo en cuenta la textura, la escala y la geometría
Los materiales distintivos, las texturas, las sombras y la tridimensionalidad provocan respuestas sensoriales, agregando interés adicional al diseño volumétrico. La geometría del edificio también puede adaptarse a las diferentes escalas de percepción. Vistos desde la calle, los pórticos y las ménsulas pueden romper el volumen para crear una escala apropiada, mientras que los materiales táctiles agregan interés cuando se perciben desde una distancia cercana. El color, la luz y las sombras también pueden contribuir a una calidad del edificio que va más allá de su funcionalidad, alentando a los transeúntes a desacelerar y conectarse con su entorno.
Uno de los arquitectos que ejemplifica la importancia de la textura y el material es David Chipperfield. A través de sus diseños, utiliza el contraste, la limpieza y la regularidad para resaltar las texturas únicas de los materiales empleados, que incluyen titanio de zinc gris, vidrio opalino translúcido, mármol travertino de origen local y paneles de vidrio con varios tratamientos. Para agregar profundidad y textura, se equilibran materiales ligeros y pesados. Los elementos estructurales, como las columnas o la red de techos con molduras, también se utilizan para agregar textura y ritmo y, por lo tanto, contribuyen a la atmósfera de los espacios al tiempo que retienen sus roles funcionales.
Todas estas estrategias son medios a través de los cuales la arquitectura puede adaptarse a las condiciones específicas de su sitio, historia y cultura, creando una conexión emocional entre las personas y su entorno. Al utilizar y adaptar lo que ya está en el sitio, los edificios adquieren cualidades memorables y significativas; los materiales locales permiten la innovación mientras arraigan las estructuras en su contexto natural y cultural, mientras que la interacción de materiales, luces y sombras agrega interés sin disminuir la funcionalidad.
